martes, 8 de abril de 2014

2x1 en Esquivel




No entraré en muchos detalles, por no decir ninguno, pero le tenía muchas ganas a esta carrera. La tenía marcada en el calendario desde el año pasado. No es una prueba que me llene especialmente, por pistas agrícolas, con cuestas…, pero es la carrera del pueblo, y hay que dar el do de pecho en casa, en mi nueva casa.

Ese era mi objetivo principal, luchar por ser el primer local del cross, lo que en sí implica dejarse la piel y hacer una buena carrera. Es por eso que la preparación, tras la maratón, ha estado centrada en esta prueba, en ganar velocidad y perder algo de fondo.

Sin mucha más dilación os cuento lo ocurrido en el día marcado. Me voy con el tiempo justo a Esquivel, ya había recogido el dorsal días antes, además es fácil aparcar. Casi vestido de casa, tras dejar el coche, empiezo a calentar, cruzándome con distintos atletas, lo que me sirve para ir viendo ya el percal.

Esta prueba no se caracteriza por tener un gran número de participantes, lo que viene además potenciado por no haber una excesiva labor de difusión detrás. Igualmente el día 6 de abril se disputan varias pruebas en la provincia, por no decir demasiadas. Así a bote pronto recuerdo: Bormujos, Gelves, Polígono Sur y Salteras. También la MM de la Cal y el Olivo, la de Mérida, y la de Málaga. Y creo que había también un duatlon en La Algaba, amén de alguna prueba de trail no muy lejos. Vamos, que había variedad donde elegir, lo que sería un punto fundamental en este día.

El calentamiento me sirve para ver que no hay grandes galgos, conocidos, en la prueba. Me coloco sin problemas, como siempre en la primera fila de la salida y empieza la cháchara y las miradas de soslayo. Ya veo alguna cara conocida, algún atleta con buena pinta, aunque esto es muy engañoso. Charlo con un amigo del CA Gerena y le digo que hay 3 o 4 que corren más que yo seguro, aparte de la sorpresas y los tapados, pero que mi objetivo es ser 1º local.


Esa será mi premisa, y con éstas se da el tiro. Pronto dos de los atletas que vaticinaba iban a marcar la pauta se ponen en cabeza, luego un grupeto, y un segundo desde el que observo. Es sólo el primer kilómetro, y aunque puede/debe ser el más rápido, ya que es asfalto y favorable, voy vigilando “mi tema”. En el grupeto perseguidor va un atleta del CA Esquivel y hago un miniesfuerzo para alcanzarlos.

Salimos a campo abierto, así discurre el 95% de la prueba, descendemos por una rampa que a la vuelta será dolorosa. Aunque seguimos en el primer kilómetro la cosa se empieza a aclarar en cabeza. Ya son sólo tres los destacados, aunque van en solitario, y luego dos atletas, a los que me uno. Se trata de un veterano B, y un segundo atleta que tiene toda la pinta de estar haciendo el mil de su vida, pero que no sabe que le quedan aún nueve más.

Sigo con mi marcha, he dejado ligeramente atrás al atleta de Esquivel, y me coloco cuarto, con el veterano B a la zaga. Tengo claro mi objetivo, y aunque es complicado ir con un ritmo estable aquí, me voy fijando en mis sensaciones y en el Garmin para no pasarme de rosca.

No hay mucho más que contar, sinceramente. De una manera muy paulatina voy abriendo brecha, con mi ritmo. El veterano B ha cedido, el de Esquivel se me aproxima, pero luego se aleja. El punto clave fue el K4, en el que hay más repechos. No son duros, pero sí continuos. Pese a que no soy un amante de las cuestas, el hecho es que les noto alejarse y les siento jadear, lo que me da la seguridad de que mi objetivo está cumplido.

Una preocupación que llevaba en la cabeza era cómo iban a estar los caminos. Las lluvias de los días precedentes los podían haber dejado algo impracticables. Pero sin embargo no estaban mal, aunque hubo puntos en los que tuve que saltar o alargar trazadas para no meterme en charcos o barrizales.

Vamos a llegar al ecuador de la prueba, y como me veo con el trabajo hecho, el cerebro empieza a pensar en otras cosas. Es cuando me percato que el que va segundo, a buen seguro, es veterano, lo que me convertiría en 3º senior. Sí, en esta prueba aún soy senior. Esto me hace mirar mucho para atrás, quizá demasiado.

Por el retrovisor veo un grupo de diversos atletas, a veces comanda uno, a veces otro. Lo que creí que iba a ser una placentera vuelta a Esquivel, se convierte en un periplo un pelo agónico. Sinceramente no sé si se me acercaban o no, pero yo tenía la sensación de que venían como lobos. Así que a seguir tirando.

Llega el final del K6 y principio del K7 una rampa curiosa. Punto clave de la prueba. La subo al tran tran, y nada más llegar arriba vuelvo a darle fuerte. En cada giro miraba atrás, ¡qué suplicio1 Llaneo, desciendo rápido y ya sólo quedan poco más de 2K, que hago con lo que me queda. Es una larga recta en la que se puede ver perfectamente a los tres primeros, cada uno en su isla, como yo, supongo que con mis mismos temores e ilusiones, aunque el primero iba sobradísimo. Esquivel, en su cerro, al fondo.

Llegamos al último repecho, el que te da acceso a la pedanía, estoy tieso. Justo arriba, cuando se vuelve a pisar asfalto, una mujer me dice –¡vas cuarto y solo!, ¡vas cuarto y solo! Penúltima mirada atrás. Efectivamente, hizo falta que alguien me lo dijera para que viese que el siguiente andaba lejos, bastante además. El breve callejeo por Esquivel lo hago lento, exhausto. Afronto la recta final entre aplausos, que correspondo, no sin antes echar un último vistazo atrás lleno de desconfianza. Nadie, no venía nadie.

Cruzo la meta y me leen el dorsal. Le digo, ¿tú controlas el tema local?. Me responde que
Meta, en plan mono borracho
no y me indica quien lo hace. Sigo caminando, llego a la altura de un señor y le digo, yo
soy local. Me pregunta si soy del Club Esquivel, le digo que no, pero que soy de Alcalá. ¿Vale?, me dice que sí. Pues eso, que vale, que luego vienen los rollos. Doy dos pasos y me dan el ticket del cronometraje y sorpresa, no soy 3º senior, sino 2º. Según parece el 2º de la prueba, como ya barruntaba, y el 3º, ambos dos, eran veteranos. Así que el ganador y yo somos senior. No quepo en mí de gozo.
 
Con estas llega el 5º en la prueba. Le doy la mano, viene también ahogado. Le pregunto si es senior, me dice que sí, y le comento que entonces es 3º. Incrédulo lee su ticket y me abraza. Creo que este también es del club “ganamos poco, no, menos todavía”.

Podium Senior Masculino


Ahora tocaba disfrutar de Samuel, quién iba a debutar aquí. Aunque la verdad él no era para nada consciente. Estuvimos jugando con otros niños, en los columpios y comiendo gusanitos, correteando de un lado para otro. Hasta que nos da por ponerle un papelote en el pecho, diría él, y lo ponemos en una fila con otros niños. Un tío, mediante un silbato, da la salida y todos salen disparados. Todos menos Samuel que, creo que se asusta, y quiere que le coja en brazos. Consigo que arranque a caminar, un leve trotecillo, pero se para. Al final termina la prueba llevando a Greta y con mamá y papá a los flancos, paseando, entrando en meta todos juntos entre aplausos. ¡¿Qué mejor debut?!



Salida "Peques"
Quiero dedicar esta entrada a todos esos atletas, entre los que me incluyo, que se entrenan para superarse a sí mismos. Cuya motivación es ganar un segundo en una prueba. Con el trabajo diario y una pizca de suerte, que también hay que tenerla, los éxitos llegan, ya sea en forma de marcas personales, copas o diplomas. La clave están en disfrutar del camino, lo otro ya vendrá o no. La gran mayoría de nosotros no estamos entrenadospara luchar por victorias ni podiums, nos enfrentamos a nosotros mismos cada vez que arrancamos un entrenamiento, ahí está nuestro disfrute y nuestro triunfo. Lo demás es superfluo, un añadido. Indudablemente mola subir al podium, recibir un trofeo, no lo niego. Pero me siento más satisfecho de mi última MM de Córdoba, o de la última maratón.

Piano piano si va lontano